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Bullying: la ley del más fuerte
Acoso, maltrato entre pares, matonismo: los casos de violencia escolar entre menores no dejan de crecer en el país, muchas veces en silencio, a espaldas de los adultos [...]
Le tocaron el hombro. Le pasaron un papel. "Morite", decía. Era su segundo día de clases en uno de los colegios más caros y más bilingües de Belgrano. Acababa de llegar de Brasil y todavía estaba mareado por la mudanza, el cambio de idioma, de paisaje, de todo. Por eso, al principio creyó que se trataba de una "cargada" de bienvenida. Después, todo quedó más claro. "Las chicas, (1)________, lo volvieron loco", dice Julio, su padrino. Como mi ahijado usa anteojos, le decían "nerd" y se la pasaban mandándole mensajes superagresivos. Él es un chico muy tranquilo, muy lector, pero lo tomaron de punto. Nunca entendió "por qué", dice. Y tal vez haya dado, sin siquiera sospecharlo, en el corazón oscuro del acoso escolar: nunca hay un porqué. Cualquier excusa sirve: ser gordo, o flaco, nuevo o compañero de años, muda, conversadora, bajo o alto. Rubia o pelirrojo. ¿Qué es entonces lo que sí se repite? La asimetría de poder entre víctima y victimario. El silencio. Y, condición necesaria en todo episodio de maltrato escolar, adultos que se fugan de su lugar de adultos. Maestros, profesores y padres que miran para otro lado. (2)_______ así puede explicarse por qué el acoso escolar es definido por muchos especialistas como una "epidemia silenciosa". Ese fue de hecho, el título de una nota publicada por ese mismo diario seis años atrás. Desde entonces, la escalada de maltrato no (3)________de crecer y así lo confirman los especialistas y las entidades dedicados al tema.
Bullying Cero Argentina es uno de esos grupos. Ofrece capacitaciones en colegios y charlas abiertas a la comunidad. Su coordinadora, la pediatra Flavia Sinigagliese, precisa que "si bien el bullying ha existido siempre, ahora la sociedad es (4)________ más violenta y eso termina repercutiendo en los niños". ¿De qué manera? Todo depende. Hay nenas a las que el "destierro social" al que la someten sus compañeritas de curso no las afecta, a otras, en cambio, las arrasa emocionalmente. Ese es el punto: que nunca se sabe en qué puede terminar el acoso. Según Sinigagliesi, "todo depende de la vulnerabilidad de cada chico y de su capacidad de volver al estado inicial luego de una experiencia traumática".
[...] En los pasillos. En el patio. En los baños. En los juegos. Antes de entrar al colegio o a la salida. Allí donde los adultos no están (o están pero no miran, que es la otra manera de no estar), el bullying nace, crece y florece en carámbanos negros. En moretones como los que le crecían a Paula - morocha, pelo largo, flaquita - cada día que pasaba en lo que ella misma llama su "otra escuela", esa que no tuvo más remedio que dejar hace dos años. Cada (5)________ horas, una nueva sesión secreta de pellizcos y patadas a cargo de sus encantadoras compañeras de clase la dejaba ronca de bronca y dolor. Terminó cambiándose de escuela, como la mayoría de los protagonistas de las historias recogidas para esta nota.
[...] No hay maltrato sin testigos. Sin eso que los sajones llaman by standers: los que se paran a un lado y observan la acción. Sin intervenir, pero sabiendo. "(6)_________ que pasa es que a veces en los chicos el temor es pasar de testigos a víctimas del bullying, y por eso se callan", apunta la psicoanalista Sara Arbiser, miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) y especializada en adolescencia. "Que esos chicos se animen a hablar, y que los adultos los escuchen y actúen en consecuencia es lo que hace toda la diferencia", explica. [...]
SANDEZ, Fernanda. Periódico La nación, sección Sociedad, mayo, 2012.
Las palabras que completan las lagunas 1, 2, 3, 4, 5 y 6 manteniendo la coherencia del texto, son respectivamente: