TEXTO:
La frase transcrita “Por eso, estamos haciendo un curso para rehabilitarlos” expresa
TEXTO:
Aburridos
Alguien dijo alguna vez que hay tres cosas que
(pese a la atención que se les dedica) no existen en
realidad: el desfase horario, la religión verdadera y el
aburrimiento. No habiendo padecido jamás ninguno de
[5] los dos primeros, discrepo sin embargo sobre el tercer
punto. Lejos de no existir, el aburrimiento parece el
principal motor de nuestra sociedad y el más importante
argumento de venta de sus productos, cualesquiera
que estos sean. La existencia de una “industria del
[10] entretenimiento”, pienso, ratifica que hay algo que esta
recorta por definición, una especie de zona imprecisa
en la que nada sucede, un sitio del que todos deberíamos
escapar porque (se nos dice) su forma es la de un
laberinto.
[15] En 1964, el escritor Isaac Asimov afirmó que el
aburrimiento iba a convertirse en la principal enfermedad
de nuestra época, “expandiéndose y aumentando de
intensidad” hasta tener “consecuencias mentales,
emocionales y sociológicas serias”. No se equivocaba:
[20] buena parte de los problemas mentales más frecuentes
en nuestros días tienen su origen en una insatisfacción
que es el rostro más importante del aburrimiento. Los
otros son la agresividad desplegada en las redes
sociales, las conversaciones banales que los pasajeros
[25] se apresuran a realizar tan pronto como su avión toca
tierra, la mirada vacía frente al teléfono inteligente, el
aumento sórdido de los reality shows, la brevedad y la
simpleza ofensiva de los mensajes políticos y
publicitarios, el filme que ponen en el tren, los videos de
[30] accidentes caseros, los virales.
No son fenómenos carentes de importancia: un
estudio reciente ha demostrado que las personas tienden
a ser más agresivas cuanto más aburridas se sienten, y
en ello hay una constatación, pero también una
[35] advertencia para estos tiempos nuestros, aburridos y
violentos a la vez.
PRON, Patricio. ABURRIDOS. Disponível em: http://elpais.com/elpais/2014/ 04/16/eps/1397661076_524443.html Acesso em: 13 maio.2014. Adaptado.
En el texto se recoge que
TEXTO:
Aburridos
Alguien dijo alguna vez que hay tres cosas que
(pese a la atención que se les dedica) no existen en
realidad: el desfase horario, la religión verdadera y el
aburrimiento. No habiendo padecido jamás ninguno de
[5] los dos primeros, discrepo sin embargo sobre el tercer
punto. Lejos de no existir, el aburrimiento parece el
principal motor de nuestra sociedad y el más importante
argumento de venta de sus productos, cualesquiera
que estos sean. La existencia de una “industria del
[10] entretenimiento”, pienso, ratifica que hay algo que esta
recorta por definición, una especie de zona imprecisa
en la que nada sucede, un sitio del que todos deberíamos
escapar porque (se nos dice) su forma es la de un
laberinto.
[15] En 1964, el escritor Isaac Asimov afirmó que el
aburrimiento iba a convertirse en la principal enfermedad
de nuestra época, “expandiéndose y aumentando de
intensidad” hasta tener “consecuencias mentales,
emocionales y sociológicas serias”. No se equivocaba:
[20] buena parte de los problemas mentales más frecuentes
en nuestros días tienen su origen en una insatisfacción
que es el rostro más importante del aburrimiento. Los
otros son la agresividad desplegada en las redes
sociales, las conversaciones banales que los pasajeros
[25] se apresuran a realizar tan pronto como su avión toca
tierra, la mirada vacía frente al teléfono inteligente, el
aumento sórdido de los reality shows, la brevedad y la
simpleza ofensiva de los mensajes políticos y
publicitarios, el filme que ponen en el tren, los videos de
[30] accidentes caseros, los virales.
No son fenómenos carentes de importancia: un
estudio reciente ha demostrado que las personas tienden
a ser más agresivas cuanto más aburridas se sienten, y
en ello hay una constatación, pero también una
[35] advertencia para estos tiempos nuestros, aburridos y
violentos a la vez.
PRON, Patricio. ABURRIDOS. Disponível em: http://elpais.com/elpais/2014/ 04/16/eps/1397661076_524443.html Acesso em: 13 maio.2014. Adaptado.
En relación con los problemas mentales, dice el texto que
TEXTO:
Aburridos
Alguien dijo alguna vez que hay tres cosas que
(pese a la atención que se les dedica) no existen en
realidad: el desfase horario, la religión verdadera y el
aburrimiento. No habiendo padecido jamás ninguno de
[5] los dos primeros, discrepo sin embargo sobre el tercer
punto. Lejos de no existir, el aburrimiento parece el
principal motor de nuestra sociedad y el más importante
argumento de venta de sus productos, cualesquiera
que estos sean. La existencia de una “industria del
[10] entretenimiento”, pienso, ratifica que hay algo que esta
recorta por definición, una especie de zona imprecisa
en la que nada sucede, un sitio del que todos deberíamos
escapar porque (se nos dice) su forma es la de un
laberinto.
[15] En 1964, el escritor Isaac Asimov afirmó que el
aburrimiento iba a convertirse en la principal enfermedad
de nuestra época, “expandiéndose y aumentando de
intensidad” hasta tener “consecuencias mentales,
emocionales y sociológicas serias”. No se equivocaba:
[20] buena parte de los problemas mentales más frecuentes
en nuestros días tienen su origen en una insatisfacción
que es el rostro más importante del aburrimiento. Los
otros son la agresividad desplegada en las redes
sociales, las conversaciones banales que los pasajeros
[25] se apresuran a realizar tan pronto como su avión toca
tierra, la mirada vacía frente al teléfono inteligente, el
aumento sórdido de los reality shows, la brevedad y la
simpleza ofensiva de los mensajes políticos y
publicitarios, el filme que ponen en el tren, los videos de
[30] accidentes caseros, los virales.
No son fenómenos carentes de importancia: un
estudio reciente ha demostrado que las personas tienden
a ser más agresivas cuanto más aburridas se sienten, y
en ello hay una constatación, pero también una
[35] advertencia para estos tiempos nuestros, aburridos y
violentos a la vez.
PRON, Patricio. ABURRIDOS. Disponível em: http://elpais.com/elpais/2014/ 04/16/eps/1397661076_524443.html Acesso em: 13 maio.2014. Adaptado.
En el texto, el autor
TEXTO:
Aburridos
Alguien dijo alguna vez que hay tres cosas que
(pese a la atención que se les dedica) no existen en
realidad: el desfase horario, la religión verdadera y el
aburrimiento. No habiendo padecido jamás ninguno de
[5] los dos primeros, discrepo sin embargo sobre el tercer
punto. Lejos de no existir, el aburrimiento parece el
principal motor de nuestra sociedad y el más importante
argumento de venta de sus productos, cualesquiera
que estos sean. La existencia de una “industria del
[10] entretenimiento”, pienso, ratifica que hay algo que esta
recorta por definición, una especie de zona imprecisa
en la que nada sucede, un sitio del que todos deberíamos
escapar porque (se nos dice) su forma es la de un
laberinto.
[15] En 1964, el escritor Isaac Asimov afirmó que el
aburrimiento iba a convertirse en la principal enfermedad
de nuestra época, “expandiéndose y aumentando de
intensidad” hasta tener “consecuencias mentales,
emocionales y sociológicas serias”. No se equivocaba:
[20] buena parte de los problemas mentales más frecuentes
en nuestros días tienen su origen en una insatisfacción
que es el rostro más importante del aburrimiento. Los
otros son la agresividad desplegada en las redes
sociales, las conversaciones banales que los pasajeros
[25] se apresuran a realizar tan pronto como su avión toca
tierra, la mirada vacía frente al teléfono inteligente, el
aumento sórdido de los reality shows, la brevedad y la
simpleza ofensiva de los mensajes políticos y
publicitarios, el filme que ponen en el tren, los videos de
[30] accidentes caseros, los virales.
No son fenómenos carentes de importancia: un
estudio reciente ha demostrado que las personas tienden
a ser más agresivas cuanto más aburridas se sienten, y
en ello hay una constatación, pero también una
[35] advertencia para estos tiempos nuestros, aburridos y
violentos a la vez.
PRON, Patricio. ABURRIDOS. Disponível em: http://elpais.com/elpais/2014/ 04/16/eps/1397661076_524443.html Acesso em: 13 maio.2014. Adaptado.
“el aburrimiento parece el principal motor de nuestra sociedad y el más importante argumento de venta de sus productos, cualesquiera que estos sean” (l. 6-9)
La lectura del fragmento permite afirmar que el aburrimiento
TEXTO:
Aburridos
Alguien dijo alguna vez que hay tres cosas que
(pese a la atención que se les dedica) no existen en
realidad: el desfase horario, la religión verdadera y el
aburrimiento. No habiendo padecido jamás ninguno de
[5] los dos primeros, discrepo sin embargo sobre el tercer
punto. Lejos de no existir, el aburrimiento parece el
principal motor de nuestra sociedad y el más importante
argumento de venta de sus productos, cualesquiera
que estos sean. La existencia de una “industria del
[10] entretenimiento”, pienso, ratifica que hay algo que esta
recorta por definición, una especie de zona imprecisa
en la que nada sucede, un sitio del que todos deberíamos
escapar porque (se nos dice) su forma es la de un
laberinto.
[15] En 1964, el escritor Isaac Asimov afirmó que el
aburrimiento iba a convertirse en la principal enfermedad
de nuestra época, “expandiéndose y aumentando de
intensidad” hasta tener “consecuencias mentales,
emocionales y sociológicas serias”. No se equivocaba:
[20] buena parte de los problemas mentales más frecuentes
en nuestros días tienen su origen en una insatisfacción
que es el rostro más importante del aburrimiento. Los
otros son la agresividad desplegada en las redes
sociales, las conversaciones banales que los pasajeros
[25] se apresuran a realizar tan pronto como su avión toca
tierra, la mirada vacía frente al teléfono inteligente, el
aumento sórdido de los reality shows, la brevedad y la
simpleza ofensiva de los mensajes políticos y
publicitarios, el filme que ponen en el tren, los videos de
[30] accidentes caseros, los virales.
No son fenómenos carentes de importancia: un
estudio reciente ha demostrado que las personas tienden
a ser más agresivas cuanto más aburridas se sienten, y
en ello hay una constatación, pero también una
[35] advertencia para estos tiempos nuestros, aburridos y
violentos a la vez.
PRON, Patricio. ABURRIDOS. Disponível em: http://elpais.com/elpais/2014/ 04/16/eps/1397661076_524443.html Acesso em: 13 maio.2014. Adaptado.
La forma “pese a” (l. 2) podría sustituirse por